Artículo sobre psicología escrito por Mireia Ortuño | Colegiada CV14973
Hoy vamos a hablar sobre un tema que tratamos mucho en nuestras sesiones de terapia online: El amor propio y la autoestima.
Y es que… ¿Quién de vosotras no ha experimentado alguna época de autoestima baja? ¿Alguna vez te has planteado si te dedicas el suficiente amor hacia ti misma?
Sabemos que el amor propio y la autoestima son fundamentales para el bienestar emocional, por eso voy a darte algunos tips para mejorarlo en este artículo.
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Entender de forma separada estos dos conceptos puede ser algo complicado ya que están estrechamente relacionados.
El amor propio se refiere al reconocimiento y aceptación de una misma, abarcando tanto virtudes como defectos. Es una relación interna que fomenta el respeto y el cuidado hacia nuestro ser.
En cambio, la autoestima se basa en la valoración que hacemos de nuestras capacidades y logros. Es un juicio que puede variar según las experiencias vividas y la influencia del entorno.
La diferencia fundamental radica en que el amor propio es una aceptación incondicional de una misma, mientras que la autoestima puede variar según el momento.
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Una vez comprendida la diferencia entre amor propio y autoestima te cuento cómo mejorarlos a través de un proceso de auto dedicación y práctica:
1. Establece límites y cuida tus necesidades
Poner límites es importante para mantener y cultivar el amor propio. Este proceso implica saber cuándo hay que decir «no» y priorizar nuestras propias necesidades antes que complacer a los demás. Respeta tus necesidades emocionales. Sé suave y amable contigo misma.
2. Reconócete a ti misma
Conocer tus cualidades es esencial para mejorar la autoestima. Muchas personas tienden a enfocarse en sus defectos, y dejan en un segundo plano sus virtudes. Realiza una lista de cualidades, logros y talentos. Así podrás enfocarte en ellos y tendrás una visión más objetiva de una misma.
3. Expectativas vs realidad: Establece metas realistas
Las expectativas altas y la autoexigencia nos pueden hacer sentir muchas veces desilusionadas, o que no somos capaces de alcanzar nuestros objetivos. Es mejor establecer metas alcanzables, tomar el tiempo que necesitemos y evitar comparaciones. Cada persona tiene sus circunstancias.
4. Practica un estilo de vida saludable y rodéate de personas positivas
Parece algo lógico, lo sé, pero las personas negativas tienen la capacidad de absorber nuestra energía y transformar nuestro positivismo en todo lo contrario. Rodearse de personas con energía y optimismo es clave para mejorar nuestra autoestima.
Hacer deporte hará que te sientas mejor, mejores tu salud, tu estado de ánimo y por qué no, ¡Consigas lo que creías imposible!
5. No te abandones en momentos de dificultad
Y siempre digo lo mismo: Trátate como si trataras a un buen amigo. Con el mismo cariño y la misma delicadeza. Incluso en momentos de bajón o de tristeza. Fomentar pensamientos positivos y celebrar pequeños logros contribuye enormemente a construir una autoestima sólida y resiliente.
Por supuesto. Aceptar nuestras imperfecciones y el respeto hacia nosotras mismas nos pueden ayudar a reducir la ansiedad y la tristeza. Cuando aprendemos a valorarnos, establecemos límites más saludables en nuestras relaciones.
El entorno en el que crecemos y nos desarrollamos y las experiencias vividas influyen significativamente en la construcción del amor propio. ¡Te cuento los más importantes!
Influencia familiar y educación emocional
El núcleo familiar desempeña un papel importantísimo en la formación del autoconcepto. La forma en que los padres o cuidadores nos proporcionan apoyo emocional, validación y amor determina en gran medida la autoestima de una persona. Un ambiente familiar positivo donde se fomenta la comunicación, el respeto y la expresión de emociones facilita el desarrollo de un amor propio sólido.
-Los elogios sinceros y la atención a las necesidades emocionales son fundamentales.
– La falta de apoyo o el maltrato pueden generar heridas emocionales profundas que afectan la autoestima a lo largo de la vida.
– Un entorno donde se permite la vulnerabilidad contribuye a la formación de una identidad segura y positiva.
Experiencias pasadas en nuestra autoestima
Algunas experiencias, especialmente durante la infancia y adolescencia, pueden dejar marcas en la autoestima. Situaciones como el bullying, la crítica constante o las experiencias de rechazo pueden hacer que la valoración personal se vea afectada negativamente. Por otro lado, los logros y el reconocimiento en distintos ámbitos también juegan un papel importante.
– Los traumas pueden obstaculizar la capacidad de una persona para amarse a sí misma.
– Las experiencias positivas, como el apoyo de amigos o familia, fomentan una autoestima saludable.
– La integración de estas experiencias en la narrativa personal es clave para superar momentos difíciles.
Expectativas sociales
Las influencias externas, como las expectativas sociales y las normas culturales, afectan la percepción personal. La presión por cumplir con estándares de belleza o éxito puede llevar a comparaciones dañinas que socavan el amor propio. Las redes sociales, en particular, pueden potenciar este problema.
– El culto a la imagen promueve una visión distorsionada de la realidad que puede generar inseguridades.
– La comparación constante con los demás puede llevar a una disminución de la autovaloración.
– Es vital desarrollar un sentido crítico hacia estas expectativas para proteger una imagen saludable de uno mismo.
Mireia Ortuño es psicóloga general sanitaria, especializada en terapia psicológica en niños, adolescentes y adultos, además de contar con experiencia y especialización en terapia de sexual y de pareja.